Finaliza el Campeonato de Europa, donde España logró 8 medallas y los nuestros rindieron a buen nivel.
Dejamos atrás un Europeo lleno de emociones donde los nuestros fueron auténticos gladiadores.
El primero en blandir sus zapatillas fue Carlos Mayo, quien tuvo un gran rival en la climatología y con unos últimos kilómetros de puro coraje, llegaba en decimocuarta posición individual con un tiempo de 1:02.12. Mayo era el segundo español en cruzar la línea de meta y sumaba su tiempo a un equipo que rozó el bronce durante toda la competición, viéndose relegado al cuarto puesto por equipos por poco más de un minuto en la suma de los tres atletas que puntuaban.
Nuestro relevista afincado en Bélgica no formó parte de la escuadra Belga en la final, pero sin duda Christian Iguacel fue clave para acceder a la misma. En las semifinales su posta ayudó a construir un sólido resultado con el que con 3:01.09 accedían a una final donde los belgas lograron un nuevo título esta temporada. Otro oro por equipo para el del Zoiti.
El último en poner sobre la arena de Roma sus clavos fue Eduardo Menacho, quien con el arrojo de un verdadero gladiador salió sin miedo a los leones para luchar por el mejor tiempo posible al tener que participar en la serie B del 10.000 la noche del domingo. Desde la primera vuelta salió decidió a ello y solo el otro español en liza, Jesús Ramos, le arrebató la recompensa de ganar la serie B. Con un magnífico tiempo final de 28:25.62, lograba el 19º puesto general en su debut internacional como absoluto demostrando su garra en competición.
Pero quien estuvo en todas las finales fue el juez aragonés Antonio Pérez, como juez árbitro de salidas. Con varios momentos decisivos para la competición, su profesionalidad le lleva a ser uno de los nuestros con más internacionalidades, es por ello que estará seguro en París, siendo sus terceros Juegos Olímpicos, tras estar en Rio 2016 y Tokyo 2020.